Ni hace más de 500 años, ni ahora, ni nunca, se ha podido silenciar el grito rebelde de los hijos legítimos de estas tierras. Por eso hoy, cuando en este continente hacemos remembranza del valor, el coraje y la dignidad de los pueblos indígenas ante el violento proceso de colonización, expoliación y muerte al que fuimos sometidos por el extranjero invasor, exaltamos la lucha apertrechada contra un imperio que pretendió someternos con sus armas para convertirnos en esclavos de su poder inhumano.

Pertinente es entonces traer a la memoria un hecho político que saldó una deuda de vieja data con la historia, cuando el Comandante Supremo Hugo Chávez, en tiempos de Revolución Bolivariana, logró enaltecer mediante el decreto 2.028, del 12 de octubre de 2002, el pasado glorioso de arrojo y determinación de aquellos guerreros aborígenes de corazón y sangre combativa. No es casual que en la Patria de Bolívar ya no celebremos el “Día de la Raza”, ni el “Descubrimiento de América” ni el eufemístico “Encuentro de dos mundos”. Los hijos e hijas de Guaicaipuro, Terepaima, Apacuana, Tamanaco, Baruta y otros tantos héroes nativos, conmemoramos el Día de la Resistencia Indígena, como una firme manifestación de la irrevocable condición libertaria que llevamos en los genes y en la consciencia colectiva.

Desde la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, continuaremos defendiendo no sólo la soberanía e independencia de este suelo patrio, sino también los derechos de igualdad y justicia social de los parientes originarios, reconociendo en ellos el valor que su diversidad étnica y cultural aporta al fortalecimiento de nuestra identidad nacional.

¡VIVA LA RESISTENCIA INDÍGENA!

¡Chávez vive!… ¡La Patria sigue!

¡Independencia y Patria Socialista!… ¡Viviremos y venceremos!

¡El Sol de Venezuela nace en el Esequibo!

¡Independencia o nada!… ¡Leales siempre…Traidores nunca!

Caracas, 12 de octubre de 2022

VLADÍMIR PADRINO LÓPEZ

General en Jefe